Gestión de recursos en el contexto laboral: ¿Dónde poner el foco?

La gestión efectiva del tiempo es fundamental en el ámbito laboral para garantizar la realización de tareas importantes y el cumplimiento de plazos. Pero la eficiencia no puede pasar simplemente por poner el foco en estos factores “externos”, como podría ser el tiempo. Principalmente se debería poner el foco en los recursos propios de la persona, puesto que son aquellos en los que se tiene que priorizar para maximizar el rendimiento.

Al fin y al cabo, quien realiza la tarea es una persona que posee capacidades limitadas tanto a nivel cognitivo como físico, emocional y psicológico. Maximizar el rendimiento implica conocer los márgenes, las capacidades y administrar el rendimiento de la mejor forma posible para cumplir las metas en determinados plazos.

En un entorno donde las demandas son constantes, es esencial priorizar las actividades, asignar tiempos específicos para cada tarea y eliminar distracciones. Adoptar técnicas como la planificación diaria y el uso de herramientas de gestión del tiempo ayuda a los empleados a organizar sus responsabilidades de manera eficiente, lo que resulta en una mayor productividad y en la reducción del estrés laboral.

Pero empezar a concientizar sobre qué capacidades transcurren subyacentemente a las tareas que realizamos en el día a día podría ser un factor importante para priorizar al trabajador mientras se cumple la tarea. Cuando se pone el foco en los plazos necesarios a cubrir, se está corriendo el quién realiza la tarea, para priorizar la tarea en sí. Como consecuencia, en pos de alcanzar un determinado plazo, se puede llegar a mal administrar los recursos de la persona desgastándola innecesariamente.  Dicho de otra forma, no se está buscando elegir entre la tarea y la salud de la persona. Esa no es una discusión viable. En caso de que la tarea atente contra la salud de la persona, lógicamente en el largo plazo va a terminar por necesitar un ajuste. Sin embargo, también lógicamente se debe priorizar que las tareas hay que lograr realizarlas, porque ese es el trabajo en sí mismo.

En el largo plazo esos desenlaces caen de maduro y esa dicotomía que se establece no es realista. Acá la cuestión es como logramos maximizar los recursos de las personas sin sacrificar el bienestar propio.

Por ende es absolutamente lógico y necesario que a la hora de realizar un pedido podamos aclarar para que fecha y hora necesitemos que se realice – recordemos La fórmula canónica de los pedidos efectivos: yo te pido: X, en un tiempo: Y, con las condiciones de satisfacción: Z.”)  Sin embargo, por parte del colaborador que realiza esa tarea, es necesario que la administración de los propios recursos también entre en consideración, no solo a la hora de comprometerse a aceptar un pedido, sino también a la hora de ir construyendo la realización de esa tarea y a organizar previa ejecución.

A lo largo de esta nota y posteriores iremos intentando sumar a un foco que promueva la consideración de los recursos cognitivos, como parte clara y fundamental de la administración de rendimientos, siendo esta última una tarea a considerar por partes de los lideres. Esto terminaría por ir corriendo de foco esa falsa dicotomía entre: la salud del trabajador y la tarea a realizar. Puesto que la salud del trabajador también comprende la tarea que tiene realizar, sea cual esta fuere, puesto que es parte de su trabajo, y sin un trabajo no podríamos hablar íntegramente de la salud del trabajador.

Método Pomodoro en el contexto laboral para maximizar la capacidad atencional:

Una sencilla forma de poder eficientizar los recursos y tomar en consideración el tiempo consta de utilizar el Método Pomodoro. En un entorno laboral donde las interrupciones y las distracciones son comunes, el Método Pomodoro se presenta como una herramienta invaluable para optimizar la productividad. Este enfoque de trabajo por intervalos, que implica períodos cortos de concentración seguidos de descansos breves, permite a los empleados mantenerse enfocados en sus tareas durante lapsos de tiempo definidos. Al dividir el tiempo en bloques manejables, se fomenta una mayor concentración y se reducen las posibilidades de procrastinación, lo que conduce a una mejora significativa en la eficiencia y en la calidad del trabajo realizado.

Originalmente el Método Pomodoro constaba de series de 25 minutos de trabajo y 5 minutos de descanso. Dicho esquema se presenta muy viable desde el correlato cognitivo, ya que la atención focalizada puede sostenerse alrededor de 40 minutos seguidos sin necesidad de pausas intermedias.

De esta forma una modalidad de trabajo estandarizada con tareas bien delimitadas a establecer para cada serie de trabajo podría implicar hacer tres series de 25´x 5´con un descanso más prolongado, luego de la tercera sesión de trabajo, de 15´. La idea es que el descanso no implique necesariamente una distracción que vuelva difícil luego volver a traer el foco atencional a la tarea requerida, si no, un respiro consciente que permita sostener el trabajo el tiempo requerido durante la jornada laboral. Tampoco es la idea cronometrar rígidamente cada sesión de trabajo o presionarse para alcanzar a hacer una tarea completa en un tiempo determinado, la idea es que sirva como metodología adecuada a las necesidades particulares de las personas y que tome en consideración sus capacidades.

En un mundo laboral donde el agotamiento es una preocupación creciente, el Método Pomodoro ofrece una solución efectiva al dividir el trabajo en intervalos manejables y descansos regulares. Al implementar este enfoque junto con estrategias adicionales, como el establecimiento de límites de tiempo para tareas específicas y la práctica de técnicas de manejo del estrés, los empleados pueden proteger su bienestar mental y emocional mientras mantienen niveles óptimos de productividad. Al priorizar el equilibrio entre el trabajo y el descanso, las empresas pueden cultivar un entorno laboral más saludable y apoyar el rendimiento sostenible de sus empleados.

El bienestar de los trabajadores es clave

En Criteria – Pension & Benefits nos preocupamos por el bienestar integral de los empleados, que también está estrechamente ligado a evitar el Estrés Financiero, ya que los conflictos emocionales por tener dificultades financieras afectan la salud mental y la productividad de los individuos. En un país que constantemente plantea nuevos desafíos al generar contextos de incertidumbre, en Criteria Pension & Benefits confeccionamos un Programa de Bienestar Financiero donde, junto con los equipos de Recursos Humanos de las organizaciones, brindamos herramientas para capacitar a los individuos en la mejor gestión de sus finanzas personales de manera efectiva.

Nuestro objetivo es ayudar a tus trabajadores a liberarse de la presión financiera, permitiéndoles enfocarse en lo que realmente importa en este contexto: su trabajo y su bienestar personal. Desde charlas de educación financiera para no expertos hasta soluciones de planificación financiera personalizada, adaptadas a las necesidades y capacidades de ahorro de cada persona.

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