Oro y plata: los metales preciosos siempre vigentes

“El oro ha funcionado por miles de años, y ahora, con Internet, funciona aún mejor”, dijo una vez el experto en economía y mercados, Peter Schiff, quien saltó a la fama por sus predicciones de la crisis económica de 2008. Bien puede ser cierto: 2020 fue uno de los mejores años de la historia para el oro, que incluso llegó al máximo histórico de USD 2.075 por onza en agosto de dicho año. En un año dominado por la incertidumbre, los metales preciosos volvieron a mostrar su estatus de puerto seguro.

Un poco de historia

Para entender  el por qué los metales preciosos son considerados un lugar seguro para los ahorros, primero hay que hacer un poco de historia. El oro y la plata han sido utilizados como moneda de cambio desde hace miles de años, y desde el Siglo XIX que el patrón oro es la base del sistema financiero internacional.

Básicamente, el oro era el respaldo del dinero emitido por los gobiernos, que desarrollaron bancos centrales con el monopolio de la emisión de papel moneda. El tenedor de los billetes siempre podía volver a cambiar los billetes por oro. ¿Por qué el oro? Por su valor perdurable a través de la historia, su maleabilidad (que lo ha hecho objeto de tantas obras de arte, y también de usos industriales) y su gran durabilidad, ya que el oro no se oxida.

Sin embargo, con la Primera Guerra Mundial, los países europeos, con fuertes presiones en su economía, comenzaron a imprimir billetes sin respaldo. Luego de la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas adopta una serie de medidas conocidas nucleadas en el acuerdo de Breton Woods, en un intento de ordenar la economía mundial. Allí se estableció que los dólares estadounidenses serían la divisa internacional, bajo condición de que la Reserva Federal de los Estados Unidos mantuviera el patrón oro.

En 1971, Estados Unidos abandonó definitivamente el patrón oro, lo que transformó al dólar estadounidense – y por consecuencia a todas las demás monedas del mundo –  en lo que se conoce como dinero fiat. Es decir, un dinero fiduciario basado en la creencia en la autoridad y perdurabilidad del estado. Esto dio a los Estados Unidos la posibilidad de imprimir más dinero para financiarse cuando lo necesite, como lo hizo durante 2020 para paliar los efectos de la pandemia de COVID-19.

Salida del patrón oro e fuerte impresión de dinero desde 1971

Ahora bien, imprimir dinero suele traer como consecuencia inflación. Debido a que hay más billetes circulantes, cada billete vale menos. El oro y la plata, en cambio, tienen valor intrínseco, que está ligado a su escasez. No se puede simplemente imprimir más oro o plata.

La pandemia de COVID-19 desató una crisis económica global, y en los momentos más críticos, el oro y la plata, nuevamente, volvieron a mostrar su solidez. En los últimos 12 meses, el oro ofreció retornos de un 15%, mientras los ETF GLD recibieron un flujo récord de dinero de USD 47.900 millones, casi el doble del anterior récord que había sido en 2016 con USD 24.100 millones de fondos entrantes.

En esta gráfica que muestran los flujos de fondos entrantes y salientes al ETF GLD, se ve claramente:

Flujo de fondos entrante y salientes para el ETF oro - 2020
Fuente: Visual Capitalist

¿Qué nos espera el futuro en materia de metales preciosos?

Conclusiones

Tal y como declara el economista estadounidense Mark Skousen: “Bitcoin no es una moneda física, y si se caen las computadoras, no la podrás comprar ni vender. Por eso nada reemplazará a las monedas de oro y plata, y todos los inversores deberían tenerlas en casa o en una caja fuerte”.

Como siempre decimos, una cartera de inversiones diversificada es clave para el éxito y sin dudas, dentro de esa cartera es importante contar con metales preciosos que, con miles de años de sólida historia a cuestas, su estatus de lugar seguro sigue más vigente que nunca.

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