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DVV – Acuerdo con el FMI

By 2 octubre, 2018enero 4th, 2024No Comments

Perspectiva de acciones y bonos en dólares frente al nuevo acuerdo con el FMI

El nuevo contrato suscripto con el Fondo Monetario Internacional, anunciado sólo tres meses después del primer desembolso de U$S 15.000 millones, resuelve las necesidades del programa financiero del Gobierno en 2018 y 2019 a cambio de un fuerte compromiso fiscal y, como novedad adicional, un esfuerzo equivalente en lo monetario.

Las negociaciones en Nueva York derivaron en un esquema que consolida el financiamiento hasta finales del mandato de Mauricio Macri con desembolsos incrementados en U$S 7.100 millones sobre los U$S 50.000 millones iniciales y un cronograma acelerado que lleva de U$S 5.800 a U$S 13.400 millones la partida de este año y de U$S13.400 a U$S 22.800 millones la de 2019. A su vez, perderán su carácter de “precautorio” y quedarán a disponibilidad.

De acuerdo a cálculos oficiales, el nuevo acuerdo permitirá a la Argentina prescindir de colocaciones netas en el mercado hasta 2020 e incluso deja un remanente de U$S 5.400 millones el año próximo con supuestos moderados de 50% de renovación de Letes en USD y de 100% de Letes en ARS.

Si bien el anuncio es un paso más en la convergencia fiscal y el financiamiento del programa, creemos importante destacar que la liberación de los fondos negociados depende del cumplimiento estricto de las metas fiscales, que demandan una desafiante posición de equilibrio en 2019 en medio de un ciclo recesivo en la economía local.

A su vez, el capítulo de política monetaria, que introduce una banda móvil para el tipo de cambio y, sobretodo, una desaceleración brusca de la base monetaria hasta junio de 2019, podría prolongar y profundizar el ciclo recesivo, complejizando a su vez el desafío fiscal.

El nuevo acuerdo del FMI sugiere un fuerte ajuste en la velocidad de base monetaria, que corre al 45% a/a

Fuente: BCRA 28-Sept

Tras el resultado inocuo de la receta inicial de metas de inflación, el esquema vira hacia uno de control de la cantidad de dinero con eje en la expansión de la base. Esto implica que la tasa de interés será ahora la variable endógena del modelo y, por ende, definida por interacciones de oferta y demanda.

Un mejor escenario para la deuda soberana en dólares, aunque todavía desafiante

En síntesis, percibimos que el nuevo acuerdo es positivo para disminuir significativamente el riesgo de repago de los vencimientos más inmediatos y crear un puente para volver a los mercados voluntarios de crédito, aunque vale recalcar la dependencia de la asistencia financiera al cumplimiento de exigentes metas fiscales y, ahora también, monetarias.

En este contexto y dada la persistente incertidumbre, reafirmamos nuestra recomendación de inversión en el bono Par para aquellos clientes que desean tener una exposición en estos instrumentos conservando cierta protección relativa frente a un escenario adverso.

A su vez, mantenemos recomendación de una cartera dolarizada, pues más allá del salto significativo en la tasa de cambio no vemos aun con claridad que se haya alcanzado un nivel de estabilización dada la nueva política monetaria.

Acciones, una inversión con horizonte a 3 años vista sujeta a importante volatilidad

Finalmente, como expresamos en anteriores envíos, si bien limitamos las recomendaciones de renta variable para inversores con alta tolerancia al riesgo, creemos que existen en el mercado accionario oportunidades atractivas de valor. En este contexto, y sujeto a la volatilidad y dificultades que trae un ciclo recesivo para las empresas, pensamos que el inversor tuviese a su favor un horizonte temporal de tres años, se verá muy recompensado con un atractivo retorno de su inversión en dólares en el horizonte planteado.