La rebaja de calificación por parte de S&P y el contexto de rendimientos de emisores comparables
Esta semana, S&P Global Ratings rebajó de B+ a B la calificación de crédito de la deuda soberana de largo plazo en moneda extranjera. El movimiento de la agencia guarda relación con el de su competidora Fitch Ratings, quien a principio de mes sostuvo la nota pero revisó su perspectiva de estable a negativa, lo que sugiere una mayor probabilidad de rebaja en las próximas evaluaciones. Puntualmente, sus analistas miran de cerca la fortaleza menguante de la recaudación tributaria real en los últimos meses.
Es poco común que subsoberanos y corporativos tengan mejor calificación que su soberano, ya que éste actúa en la práctica como “techo”. A la decisión de S&P sobre Argentina le siguió una rebaja equivalente para la deuda de sus bancos, principales provincias y compañías como Capex, Irsa, Transener, TGS, Pampa, YPF, AA2000 y Telecom (Panorama Estable).
El panorama de la calificación de S&P estaba en terreno negativo desde agosto. La agencia sustentó esta decisión de rebaja en el deterioro de la actividad económica y la dinámica inflacionaria.
Espera una contracción del PIB de 2,50% este año y de 1,0% en 2019 con una inflación de 44% y 25%, respectivamente.
Historial reciente de calificaciones de S&P
para la deuda externa Argentina de largo plazo
Destacó que podría bajar nuevamente la nota en los próximos 12 meses si “desarrollos políticos inesperados o una dispareja implementación del programa de austeridad del Gobierno dañan aún más la confianza del inversor y deterioran el acceso al financiamiento de mercado”.
Por el contrario, podría subir la nota durante los próximos 24 meses a partir de un programa de implementación exitosa, una caída más rápida en la inflación y una recesión más corta de lo esperado, así como también estabilidad en el tipo de cambio.
Todo eso, sumado a “expectativas de continuidad para las políticas económicas más allá de las elecciones de 2019”.
“Una de las debilidades institucionales de Argentina es su historia de grandes cambios en política económica luego de transiciones de liderazgo político,” dice el comunicado oficial.
“La democracia en Argentina se ha caracterizado por una historia de polarización política que limita la capacidad del gobierno de implementar su agenda económica”, prosigue.
“Aunque el programa del FMI debería asegurar suficiente fondeo externo hacia las elecciones de octubre de 2019, presiones políticas podrían debilitar o erosionar la implementación exitosa (del programa)”, agrega.
Hoy, a partir de la rebaja de B+ a B, Argentina se reacomoda en un conjunto de países donde podemos destacar los siguientes emisores de deuda en USD.
Rendimiento de deuda a 7 años de plazo de Argentina vs comparables de calificación B (S&P)
De acuerdo a esta comparación Argentina presenta rendimientos superiores a sus comparables desde el riesgo crediticio en el orden de los 150 puntos básicos. Esto podría implicar que el mercado descuenta un mayor deterioro del riesgo local en adelante, anticipando una nueva rebaja de calificación, que ubica ya a nuestro país en línea con créditos de menor grado como el caso de Ecuador o Ucrania (B-) que rinden en promedio 10,5% al plazo de 7 años.
Recomendación de posicionamiento
Hemos sugerido anteriormente que el acuerdo con el FMI, que la calificadora destaca en su comunicado, disminuye significativamente el riesgo de repago de los vencimientos más inmediatos, aunque bajo la dependencia del cumplimiento de exigentes metas fiscales y monetarias.
Aún en los supuestos de cumplimiento, la fragilidad en la sostenibilidad de la deuda pública es un factor para tener en cuenta por los próximos años, máxime en un contexto político incierto como el que presenta las elecciones 2019.
Por lo tanto, reafirmamos nuestra recomendación de inversión en el bono Par para aquellos clientes que desean tener una exposición a deuda soberana en USD, conservando cierta protección relativa frente a un escenario adverso, a lo cual agregamos las Letes y bonos de corto plazo hasta 2019 inclusive.