SE MANTIENE LA DISCIPLINA FISCAL COMO ANCLA DEL PROGRAMA DE GOBIERNO

En agosto, el Sector Público Nacional registró un superávit financiero de $3.531 millones, producto de un superávit primario de $899.660 millones y pagos de intereses por $896.130 millones. Durante los primeros ocho meses del año, se acumuló un superávit primario  de $ 8,8 billones equivalente al 1,5% del PIB y un superávit financiero de $1,9 billones equivalente al 0,4%, consolidando el ancla fiscal del programa de gobierno.

La mejora del resultado primario, de 2,7% del PIB respecto al mismo período de 2023, fue impulsada por un aumento de los ingresos corrientes (1,4% del PIB) representando el 52% del ajuste logrado y una reducción del gasto primario (1,3% del PIB) que representa) el 48% del ajuste.

Los ingresos crecieron principalmente debido a la mayor recaudación del impuesto PAIS, los impuestos a combustibles y ganancias, y los efectos positivos de una mejor cosecha. En cuanto al gasto, la mayor reducción provino del gasto en capital, que cayó un 80% en términos reales y representó aproximadamente un ajuste del 0,7% del PIB, afectando principalmente la obra pública. Los subsidios económicos también contribuyeron a la reducción del gasto, con una baja que supera los 0,2% del PIB, mientras que las jubilaciones y pensiones han disminuido su peso en el ajuste a lo largo del año, ocupando ahora el cuarto lugar en cuanto a su contribución a la reducción del gasto. Lo antecede, en tercer lugar, las transferencias discrecionales a las provincias, que aportan casi otro 0,2% del PBI.

Así, el superávit primario acumulado en los primeros ocho meses del año se explica principalmente por el aumento del impuesto PAIS ($4 billones) y la reducción en el gasto de capital vía obra pública ($3,7 billones), que juntos suman $7,7 billones. Sin embargo, el impuesto PAIS comenzó a reducirse en septiembre para su eliminación a fin de año, y la sostenibilidad de la reducción en la obra pública está aún pendiente de definición, lo que requerirá la implementación de un sano mecanismo de reemplazo para mantener la sostenibilidad fiscal del programa económico.

A futuro, algunos gastos que se ajustaron por “licuación” comienzan a recuperarse debido al propio proceso de desinflación, y al cambio en la fórmula previsional para el caso de las jubilaciones y pensiones. Esto representa un nuevo desafío para la sostenibilidad fiscal, donde una adecuada gestión de los subsidios económicos será clave, especialmente de cara a la eliminación del impuesto PAIS a fin de año. También se espera que el resto de los ingresos fiscales mejoren a medida que la actividad económica se reactive.

El resultado de agosto refuerza la sostenibilidad fiscal como pilar fundamental del programa económico del gobierno. Si se logra cerrar el año con superávit, sería un logro ocurrido solo una vez en cada diez años durante las últimas seis décadas, ofreciendo una oportunidad clave para estabilizar la economía y avanzar en las reformas estructurales que promuevan un crecimiento sostenible a largo plazo.

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