Desde hace décadas el sistema previsional argentino viene enfrentando desafíos significativos. Factores como el constante deterioro económico, el envejecimiento demográfico, la precarización laboral y la extensión de cobertura previsional a nuevos beneficiarios que no realizaron aportes han hecho que la población pasiva enfrente una disminución constante de su poder de compra con sus haberes.  

Para la actual población económicamente activa, es menester el reconocer a tiempo este desafío y abordarlo. Y para las organizaciones, esta problemática genera oportunidades de diferenciación y mejor manejo de equipos de trabajo.

¿Cómo afecta el cambio demográfico y el envejecimiento poblacional al sistema previsional?

El cambio demográfico, marcado por la disminución de la tasa de natalidad y el aumento de la esperanza de vida, genera una mayor demanda de beneficios jubilatorios. Efectivamente, la PEA (población económicamente activa) debe soportar con sus aportes jubilatorios a un número cada vez mayor de retirados. La creciente esperanza de vida hace que la cantidad de años que cada retirado recibe una prestación jubilatoria sea cada vez mayor.

De acuerdo al Reporte de Envejecimiento Poblacional a nivel nacional y provincial Argentina 1991-2010, publicado por el Ministerio del Interior en 2021, en 1970 la población mayor de 60 años superaba el 7% del total. Para el año 1991 ese porcentaje pasó al 12,9% y ya en 2010 llegó al 14,3%, siendo hoy Argentina el país con mayor población envejecida de Latinoamérica y el Caribe.

¿Cuál es el impacto de la informalidad laboral en el sistema jubilatorio argentino?

Aunque la cobertura del sistema jubilatorio hoy alcanza al 95% de las personas adultas mayores, los altos niveles de informalidad laboral (afectando al 40% de la población ocupada) generan una baja densidad de aportes al sistema, planteando desafíos en equidad y adecuación de los beneficios. 

El régimen actual del Monotributo también suma desafíos. De los casi 3 millones de monotributistas actualmente en sistema, casi 1,5 millones cuentan con el Monotributo como su única actividad, y de ellos 400.000 son monotributistas sociales. Al momento de su jubilación y tras 30 años de aportes, un monotributista accederá a una jubilación mínima que en marzo 2024 es de $134.445. El aporte SIPA (al sistema previsional) de la cateogoría A del monotributo es de $4.623 y de $9.009 para la categoría H. Esto equivale a 29,08 y 14,92 veces la jubilación mínima respectivamente.

Un dato notable es que durante el año 2022, el 65% de las altas totales del sistema jubilatorio se dieron a partir de moratorias.

¿Cómo afecta la complejidad de los regímenes diferenciales y especiales a la distribución equitativa de los recursos?

La existencia de multiplicidad de regímenes diferenciales y especiales crea desigualdades y compromete la sostenibilidad fiscal. Estos otorgan haberes más altos que el régimen general, amplificando las disparidades internas. 

De acuerdo a un estudio del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), el gasto previsional equivale a casi 11 puntos del PBI, constituyéndose en su principal componente. De ello, casi 4 puntos corresponden a regímenes de excepción. Asimismo de los 177 regímenes de excepción actualmente vigentes, 175 no son autosustentables y requieren de aportes del Tesoro Nacional para ser solventados.

El rol de las empresas en el sistema jubilatorio de Argentina

Las falencias y potenciales problemas futuros del sistema previsional ofrece riesgos pero también oportunidades a las empresas. Diversas políticas y programas internas enfocadas en los empleados pueden aumentar la retención de recursos clave, facilitar contrataciones y disminuir el estrés financiero de los equipos de trabajo.

Algunos ejemplos son:

  • Programas de Educación Financiera: Implementar programas de educación financiera para colaboradores que les brinden las herramientas necesarias para gestionar sus finanzas de manera eficiente, incluyendo la planificación para la jubilación 
  • Planes de Pensión: Implementar planes de pensión sólidos y transparentes que ofrezcan a los empleados la oportunidad de ahorrar para su jubilación de manera eficaz, con contribuciones tanto del empleador como del empleado, y opciones de inversión diversificadas para maximizar el crecimiento del fondo de jubilación. 
  • Planes de Ahorro de Largo Plazo: Ofrecer planes de ahorro individuales para que los colaboradores puedan cumplir con sus objetivos de largo plazo, como mantener su estilo de vida a la hora del retiro. 
  • Beneficios Flexibles: Ofrecer beneficios flexibles que permitan a los empleados personalizar sus paquetes de compensación, incluyendo opciones de ahorro para la jubilación que se ajusten a sus necesidades individuales y metas financieras. 
  • Asesoramiento Profesional: Proporcionar acceso a asesoramiento financiero y planificación de la jubilación a través de expertos en la materia, ya sea internamente o a través de alianzas con empresas especializadas. 

SOBRE CRITERIA PENSION & BENEFITS 

Criteria Pension & Benefits se dedica a ofrecer soluciones para los equipos de recursos humanos en diversas problemáticas, desde la motivación y retención de empleados clave, hasta la mitigación del estrés financiero que tanto afecta la performance de los individuos. 

Asimismo, Criteria Pension & Benefits brinda cursos y contenido de educación financiera para no expertos, con el objetivo de dar seguridad y confianza a los empleados en sus finanzas personales, y ayudarlos en el proceso de generar y hacer crecer sus ahorros. 

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