- La expectativa es que la Reserva Federal podría moderar su reciente proceso de recorte de tasas de interés, iniciado hace apenas unos meses.
- La revalorización del dólar afecta a mercados emergentes y precios de materias primas.
- Recomendaciones de inversión en el nuevo escenario
Donald Trump ha sido elegido presidente de Estados Unidos y se prepara para conformar su equipo de gobierno para los próximos cuatro años. Este resultado electoral en la mayor economía del mundo ha generado repercusiones significativas en los mercados globales. La victoria del candidato republicano el 5 de noviembre impulsó movimientos notables en distintos activos financieros.
En los mercados accionarios, el S&P 500 y las empresas de ese país tuvieron un impulso al alza, producto de la expectativa de que bajo la presidencia de Trump las compañías se beneficiarán de una baja de impuestos y avances en términos de desregulación. El índice de las principales empresas de ese país llegó incluso a quebrar la barrera de los 6.000 puntos, a medida que los inversores integraron en sus previsiones un programa más favorable para las corporaciones estadounidenses. Históricamente, las presidencias republicanas con control del Congreso, como en el escenario actual, han resultado beneficiosas para el mercado accionario.
Por otro lado, el dólar también reflejó este movimiento, apreciándose en los días posteriores. Ahora, la expectativa es que la Reserva Federal podría moderar su reciente proceso de recorte de tasas de interés, iniciado hace apenas unos meses.
El dólar se aprecia fuertemente frente a otras monedas luego de la elección
En este sentido, este proceso de revalorización del dólar y un proceso más paulatino de lo esperado previamente para el recorte de las tasas en Estados Unidos podría ser un dolor de cabeza para los activos emergentes, que, a excepción de Argentina, han mostrado en general un sesgo pesimista en las jornadas posteriores a la elección.
En Estados Unidos, el auge de la inteligencia artificial y el onshoring, junto con una economía robusta, son factores que impulsan los activos de riesgo en ese país. Sin embargo, el frente fiscal plantea un desafío, con un déficit estimado para este año de alrededor del 6,7% del PBI.
Se anticipa un estímulo positivo en la economía estadounidense bajo la administración del presidente electo, gracias a un mayor crecimiento nominal y a un incremento en las ganancias corporativas, lo cual tendría un impacto favorable en los activos de riesgo.
En Argentina, la agenda que se viene
A diferencia de sus pares regionales, las acciones y bonos argentinos han tenido un notable desempeño en las últimas semanas, con importantes ganancias en dólares tanto para la deuda soberana como para las empresas nacionales.
Sin dudas la afinidad política del presidente argentino con la nueva administración abre la posibilidad a un apoyo rotundo en las negociaciones futuras con el FMI, pero buena parte de esta mejora relativa parece deberse a cuestiones de orden interno, más que a factores netamente asociados a la elección de Estados Unidos. En particular, la mejora en el precio de los bonos soberanos, que ya cotizan en promedio a 70 dólares de paridad, puede atribuirse en buena medida a las expectativas de ordenamiento fiscal.
La política económica del gobierno con “ancla” fiscal logró un superávit financiero en los primeros diez meses del año de 0,5% del PBI y 1,8% de superávit primario, lo que contrasta notablemente con administraciones anteriores y los déficits de magnitud que, en la práctica, afectaban la capacidad de repago percibida del soberano.
Resultado primario: el ancla fiscal del programa
Los bonos soberanos en dólares responden al alza
Índice de retorno total en dólares de Globales (serie diaria base 100 al 31/7/24)
Asimismo, con el éxito alcanzado hasta ahora en el programa antiinflacionario, afianza la credibilidad del plan ante los agentes económicos. Esto lleva a que comiencen a consolidar en sus escenarios futuros una inflación más baja, un factor que puede abrir el camino a una mejora en los ingresos y una reactivación del crédito como motores de la recuperación de la actividad, sosteniendo así en un nivel elevado el apoyo popular al gobierno.
Se fortalece así la otra ancla del programa: la credibilidad en el esquema de “crawling peg”, y relaja la urgencia por salir del cepo para conseguir divisas, lo que facilita el proceso de convergencia inflacionaria hacia el objetivo del nivel “inducido por el esquema cambiario” (2,5% mensual). Las tasas implícitas de devaluación en el mercado de futuros también dan cuenta de este escenario, manteniendo el ancla cambiaria con tasas por debajo del 2%, para los contratos del segundo trimestre del 2025.
La preocupación del mercado por la recomposición de reservas internacionales en el Banco Central, uno de los principales desafíos de la administración, encontró respuesta en el exitoso blanqueo que inundó de dólares los balances de los bancos alcanzando un nuevo record de depósitos en esta moneda.
El crédito en dólares que crece vertiginosamente desde septiembre se presenta como el eslabón clave que conecta el blanqueo con las reservas del BCRA, generando un notable “raid”de compras de divisas por parte del BCRA y un “rally” de los activos argentinos, aptos como destino para evitar pagar las multas por el dinero en efectivo declarado en este sinceramiento.
Sin embargo, pensando más allá del corto plazo, la agenda de crecimiento propuesta por Trump para la economía estadounidense sugiere a priori, un diferencial de tasas más alto en Estados Unidos, un dólar más fuerte y, como contrapartida, una potencial debilidad en los precios de las materias primas que Argentina vende al mundo. Este escenario, sumado a la debilidad de la economía china, configura un contexto desafiante para los países emergentes.
Por lo tanto, mientras las expectativas políticas dominan el corto plazo, reduciendo incertidumbre e impulsando los precios de los activos locales, el riesgo (además del político) podría configurarse de la mano de un contexto global adverso, donde el programa se exponga algún “shock” externo. Así, el desafío por implementar reformas estructurales a tiempo será clave para garantizar la sostenibilidad cambiaria.
Recomendaciones de Inversión
Continuamos viendo valor en los bonos Globales 2035 y 2041.
La normalización crediticia del país, evento que luce más probable luego de los recientes eventos, mantienen favorable la relación riesgo-retorno de estos activos. Al evaluar la deuda soberana bajo diferentes supuestos y escenarios, continuamos identificando valor en el tramo más largo de la curva soberana, emergiendo el GD35 y el GD41 como las opciones más atractivas.