Un nuevo capítulo de flotación “sucia” en el peso
Siete meses después de la implementación del
sistema de bandas móviles, el diseño original pactado con el FMI queda sin
efecto y el BCRA obtiene habilitación para realizar ventas discrecionales en el
mercado cambiario.
De este modo, con el aval del fondo, el BCRA podrá
hacer uso de sus reservas internacionales con el objeto de moderar las
fluctuaciones bruscas en el tipo de cambio y administrar la volatilidad originada
en el riesgo electoral.
Bajo el nuevo mecanismo, en su primera semana el
peso soportó con cierta comodidad los deterioros en el contexto internacional y
los activos argentinos mostraron una mejoría en el margen tras un castigo
extendido en precios en las semanas previas.
Argentina retoma entonces un esquema de flotación “sucia”
en el tipo de cambio, esta vez sin rangos libres de intervención, aunque con
condiciones pactadas con el FMI que se mantienen bajo llave. A su vez, si se
quebrara el techo de referencia de $51,45, el BCRA incorpora a su músculo
cambiario ventas preanunciadas de $250 millones diarios.
Banda de no intervención migra hacia una zona de “referencia cambiaria”
El nivel de reservas brutas informado por el BCRA
es de U$S 68.111 millones, con una estimación privada de reservas netas en el
rango U$S20-25,000 millones. Según nuestros cálculos, esto satisface en buena
medida la demanda esperada de dolarización, pero no resuelve el elemento de
fondo que contamina la cotización del ARS: la incertidumbre política.
Según información de medios locales, las
condiciones preliminares para habilitar una intervención vendedora del BCRA dentro la zona de referencia serían 1)
una devaluación del ARS que supere en varios puntos la de equivalentes
emergentes, 2) un tope de intervención discrecional menor a U$S 250 millones
diarios, 3) Consulta previa al FMI.
Al conceder las intervenciones discrecionales, el
fondo pareció respaldar la tesis de dólar como “variable política”. Los reportes
sugieren una intervención explicita del gobierno de EE.UU., a través de su
secretario del Tesoro Steven Mnuchin, para torcer la postura técnica del FMI y
apuntalar la expectativa de reelección presidencial. El último miércoles, con
el acuerdo ya en marcha, Trump y Macri mantuvieron
una conversación telefónica en la que, según un vocero de la Casa Blanca, Trump
expresó un “firme apoyo” a las políticas del gobierno argentino.
La tesis del Gobierno es que un nuevo período de
estabilidad cambiaria podría contribuir a afianzar expectativas macroeconómicas
y alcanzar una desinflación marginal que, en última instancia, mejoraría sus
chances electorales.
Esta semana, la economía real manifestó los
síntomas. La elevada volatilidad del dólar y las tasas de interés en torno al
70% lastimaron el rebote. Tanto la industria
como la construcción
abandonaron en marzo un sendero de recuperación, sembrado al calor de la
relativa pax cambiaria del primer
bimestre.
Esto puede observarse en el gráfico adjunto, con el
salto en el USD durante Marzo, y nuevamente a fines de Abril donde reapareció
la inestabilidad cambiaria que impide pensar en una recuperación de la
actividad (y caída de la inflación) más allá del sector agrícola.
La volatilidad del tipo de cambio lastima la
recuperación económica
Hacia adelante, creemos relevante mantener el sesgo defensivo de los portafolios para transitar el período de alta incertidumbre electoral, que creemos se extenderá hasta octubre de este año como mínimo.
Últimas recomendaciones de portafolio