Tasas: potenciales estímulos de Bancos Centrales abren oportunidad para Activos Globales de Riesgo

Los bancos centrales más relevantes del mundo
sugieren en el tono de sus comunicaciones que podrían recurrir a estímulos
monetarios en el corto plazo para sostener un crecimiento global que comienza a
reflejar el impacto de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos.

La Reserva Federal mantuvo
la tasa en la última semana en el rango de 2,25-2,50%, aunque dio indicios de un terreno más fértil para una posible reversión
en su ciclo gradual de subas
que emprendió en los últimos años. La entidad
aplicó cuatro incrementos en 2018 para luego entrar en pausa. Esta decisión de
moderación ha traído mejoras palpables en activos emergentes, como señaláramos
oportunamente.

En esta ocasión, el presidente de la Reserva, Jerome
Powell, admitió
que “muchos” miembros del comité “ven ahora que el caso para una política más
acomodaticia se ha fortalecido”, abriendo la puerta para una posible baja en la
tasa de interés en el horizonte.

Ocho de sus 17 miembros sugirieron que dos cortes
podrían ser necesarios en 2019 para robustecer la economía norteamericana. El mercado ya descuenta
una primera baja inminente en julio.

“La incertidumbre ha claramente aumentado desde la
última reunión”, dijo Powell. “Somos bastante conscientes de los riesgos para
las perspectivas (económicas) y estamos preparados para mover y utilizar
nuestras herramientas según sea necesario para sostener la expansión”, agregó.

Los hacedores de política monetaria en las
economías más grandes del mundo miden el timing
para dosificar medidas de estímulo: las lecturas sugieren que la política
comercial de Donald Trump podría impartir un deterioro adicional
en la actividad global. En muchos casos, registros de baja inflación garantizan a
esos bancos un colchón de oportunidad para aplicar el estímulo.

El banco central de Nueva Zelanda fue el primero en
el G-10 en aplicar una baja de tasas en mayo, seguido por su par en Australia
hace algunas semanas. El titular del Banco de Japón sugirió medidas en mismo
sentido, mientras que en Europa el presidente del Banco Central Europeo apuntaló
mercados de acciones y bonos al explicitar
que la entidad está lista para bajar tasas o comprar más bonos soberanos si la
situación económica persiste y la inflación se mantiene débil.

En el ámbito regional, Chile ha aplicado una baja
mientras que Brasil debate respecto al nivel adecuado para su tasa Selic, hoy
en 6,50%. A medida que la recuperación económica se estanca en torno al 1,0%
para 2019, crece gradualmente el consenso para un posible recorte.

A fines de mes, tendrá lugar en Japón una nueva
cumbre del G-20. El presidente Trump anunció que tendría una “reunión
extendida” con su par chino Xi Jinping, luego de comentar por redes sociales
que ambos habían mantenido una “muy buena conversación telefónica”.

En ese sentido, un desenlace favorable al consenso entre ambas potencias podría producir ganancias en los activos globales de riesgo, expectantes a las conversaciones entre los líderes mundiales. Frente al auspicio monetario de los bancos centrales, estos podrían encontrar fundamentos para una revalorización, aún sin un robusto crecimiento económico.

El ciclo de subas por parte de la FED podría entrar en
reversa

Tasa efectiva de Fondos Federales, desde 2017

Fuente: Reserva Federal

El impacto local de este contexto

Un escenario donde las
partes en conflicto se acerquen a un acuerdo, sostendrá los precios de los
activos globales de riesgo y dejaría un campo más fértil para la recuperación
de los mercados locales, una vez despejada la incertidumbre electoral, vía la
continuidad en el ciclo de crecimiento y menores tasas de interés reinantes a
nivel mundial.

Por el contrario, una profundización
de la guerra comercial y las restricciones al comercio, pondrían a la economía
global en riesgo de una recesión que deteriore el contexto de inversión para
los activos más riesgosos como los argentinos, haciendo más difícil una salida
al corte en el financiamiento privado que sufre el país como reflejo de sus
desbalances pasados y la incertidumbre sobre las políticas a adoptarse en un
nuevo mandato presidencial en manos opositoras.