El ciclo económico global refuerza una orientación defensiva en portafolios, con apuestas tácticas
Señales de moderación en el proceso de suba de tasas por parte de la Reserva Federal reflejan en contrapartida la presunción de una economía global que pierde vigor y empieza a mostrar señales de debilidad aún antes de recuperarse íntegramente de los efectos de la crisis.
El nuevo titular, Jerome Powell, sugirió que las tasas están próximas a la “neutralidad”, interpretado por mercados financieros como una señal de desaceleración en el ciclo de endurecimiento. Si bien el mayor rezago puede ser positivo en el margen para emergentes, es compensado negativamente por el subyacente estructural de una economía global que pierde sincronicidad y muestra una serie de vulnerabilidades a lo largo del mapa.
La última semana, la curva de interés de los bonos de EE.UU. mostró una inversión parcial por primera vez desde la crisis: el rendimiento de los Treasuries a 3 años superó el de su equivalente a 5 años. Si bien la relación entre los bonos de 2 y 10 años sigue siendo –mínimamente– positiva, procesos similares en la curva de deuda norteamericana han sido eficaces anticipadores de una recesión. Aunque no necesariamente inmediata.
Un tramo de la curva de rendimientos de EE.UU. muestra señales de inversión
Rendimiento bonos Tesoro EE.UU. / Maduración
05/12/2018
El contexto antes descripto sumado a una abrupta caída del 30% en el petróleo durante el último bimestre refuerza una potencial desaceleración temporal en el tightening de la Reserva Federal al emerger súbitas presiones deflacionarias.
Súbita caída en el petróleo agrega presiones deflacionarias al objetivo de la Reserva Federal
Barril West Texas Intermediate (WTI) en el último año
Repercuten a su vez en la volatilidad de los mercados globales la serie de riesgos políticos (Brexit, Italia, entre otros) que abundarán en 2019. De fondo, la creciente competitividad entre EE.UU. y China en la guerra comercial parece un factor que impregnará los mercados por un plazo más largo. El pacto de 90 días suscripto en el G-20 de Buenos Aires luce frágil a la luz de los sucesos inmediatos en Canadá, relacionados a Meng Wanzhou, CFO e hija del fundador del gigante chino Huawei.
En el mercado argentino, la volatilidad estará asociada tanto al desarrollo de las historias globales, como a la propia incertidumbre política local, a la cual nos hemos referido en los últimos reportes.
Posicionamiento en bonos soberanos argentinos en USD y la apuesta táctica por el Peso
Hemos sugerido anteriormente que el acuerdo con el FMI disminuye significativamente el riesgo de repago de los vencimientos más inmediatos, aunque bajo la dependencia del cumplimiento de exigentes metas fiscales y monetarias, que hasta el momento han sido alcanzadas satisfactoriamente y con cierta holgura.
El FMI confirmó que se cumplieron las condiciones para que Argentina reciba el 15 de diciembre un nuevo desembolso de aproximadamente USD 7.600 MM. El Fondo destacó la importancia de la aprobación del Presupuesto 2019 como una de las condiciones clave para recibir un nuevo apoyo financiero en el marco del programa.
Aún en los supuestos de cumplimiento, la fragilidad en la sostenibilidad de la deuda pública es un factor para tener en cuenta por los próximos años, máxime en un contexto político incierto como el que presenta las elecciones 2019.
Por lo tanto, reiteramos nuestra recomendación de inversión en el bono Par para aquellos clientes que desean tener una exposición a deuda soberana en USD, conservando cierta protección relativa frente a un escenario adverso, a lo cual agregamos las Letes y bonos de corto plazo hasta 2019 inclusive.
Asimismo, reafirmamos nuestra idea expresada el 17 de octubre último (link al reporte), donde considerábamos oportuno para el inversor con alta tolerancia a la volatilidad, la toma de riesgo adicional en pesos a través de Lecaps en pos de capturar una oportunidad táctica que aún luce atractiva.