Las economías en desarrollo empiezan el año con buenas noticias. El ciclo de recuperación en materias primas que se activó durante el último trimestre del 2020 se extiende con mayor vigor en los primeros días de enero.

En el agro, el precio de la soja quebró la última semana la barrera psicológica de los USD 500 por tonelada, alcanzando niveles no registrados desde mediados de 2014. El maíz y el trigo también lograron, a su vez, niveles de precio récord para los últimos cinco años.

Estas señales de “viento de cola” invitan a pensar en un panorama favorable en el mediano plazo para países commodity-dependientes como Argentina. De consolidarse este nuevo marco de precios, habría una mejora significativa en el perfil externo de los agroexportadores.

La soja alcanza máximos de los últimos 5 años

Evolución Precio Internacional Futuros de Soja (en USD, últimos 30 años)

Fuente: Criteria en base a Chicago Board of Trade.

Recientemente, escribimos acerca de los factores que estaban dando fuerza a una recuperación en materias primas: una tendencia al dólar débil como resultado de los estímulos monetarios y una expectativa de inflación en la economía global. Esto complementado por la fuerte recuperación de la demanda asiática.

A su vez, luego de un fuerte impulso en activos financieros en la segunda mitad de 2020, los bienes considerados “reales” como las materias primas mostraban fuertes rezagos en valuaciones relativas. Esta es una condición que todavía hoy exhiben y podría sugerir un mayor recorrido pendiente en sus precios. Es decir, los commodities siguen “baratos” cuando se los compara con acciones de Estados Unidos y el resto del mundo.

En Argentina, los flujos exportadores son una variable vital para anticipar la dinámica de crecimiento y la estabilidad cambiaria en un contexto de reservas escasas. En un momento donde comienza a revertirse la demanda estacional de dinero típica de finales de año, los ojos están puestos en cuándo llegará el alivio de la próxima cosecha.

La bolsa de Cereales de Buenos Aires estima una producción de 46 millones de toneladas de soja para la temporada 2020/2021, una caída de -2,5 millones menos en relación al último ciclo. Para los especialistas, el notable incremento en el precio en los últimos meses más que compensaría la caída en volumen.

En el último webinar de Criteria, el economista Carlos Melconian calculó en USD 5.500 millones la mejora de exportaciones de soja. Desde entonces, los precios han mejorado aún más.

Considerando toda la cosecha, incluyendo maíz y trigo a la vez, la consultora Seido estima un valor exportable que ascendería a USD 42.000 millones, un incremento de 37% o USD 12.000 millones en relación a los USD 30.000 millones registrados en el último ciclo.

Naturalmente, el Gobierno, en una posición de debilidad fiscal, percibirá una parte de esta mejora vía retenciones. Sin embargo, el resultado final de la cosecha estará sujeto tanto a la producción final del suelo (en función de variables climáticas y de mercado) como a voluntad e incentivos para su liquidación que tengan los productores como resultado de la política sectorial.

Por lo pronto, el mercado financiero ya incorpora el crecimiento de exportaciones en sus expectativas. En el último relevamiento del Banco Central, se ajustó al alza la recuperación esperada en el PBI 2021 desde 4,8% PBI a 5,5%.

Un dólar débil favorece el crecimiento de precios en commodities

Índice DXY de Dólar EE.UU. vs a monedas de socios comerciales

Fuente: Yahoo! Finance.

Riesgo país, una deuda pendiente

Hacia adelante, creemos que los drivers están dados en 2021 para que las materias primas mantengan o incluso mejoren los niveles actuales. La debilidad global del dólar es, en efecto, un impulso importante que toma todavía más fuerza luego del triunfo de Joe Biden en EE.UU. y la expectativa de mayores estímulos fiscales por parte del Gobierno.  

De este modo, sostenemos nuevamente que Argentina estaría en condiciones de aprovechar plenamente la llegada de un nuevo ciclo alcista en el precio de las materias primas, y, de este modo, robustecer su alicaído frente externo, con impacto positivo en los precios de sus activos financieros.

Sin embargo, no obstante, las mejoras en los precios, Argentina todavía no logra comprimir el costo general de financiamiento tanto para el soberano como para el sector privado. Hacia adelante, es menester que Argentina siga trabajando sobre una reducción de su riesgo país, realizando esfuerzos para realinear expectativas y fomentar la inversión y el consumo.

Recomendaciones de inversión

Evaluamos en envíos anteriores la conveniencia para el inversor argentino de diversificar riesgo país hacia productos financieros con riesgo internacional. Sostenemos nuestra preferencia por activos externos y una cartera diversificada.

En el frente global, hicimos referencia previamente a la oportunidad estratégica de un posicionamiento en el oro a través de vehículos financieros que inviertan en este metal.

Consulte a su asesor para determinar la configuración de su portafolio.